La intérprete colombiana ha decidido cambiar de estrategia. Su objetivo ahora es impedir a toda costa someterse a un juicio que supondría una grave exposición pública en un momento en que quisiera pasar desapercibida. Por eso ha encargado a su conjunto de abogados que busque un alianza con la Abogacía del Estado —que defiende los intereses de Hacienda— y con la Fiscalía, que le permita impedir la cárcel a cambio de admitir que defraudó y de compensar una recompensa millonaria. Las circunstancias personales y jurídicas han llevado a Shakira Isabel Mebarak Ripoll a dar el paso y bajar la guardia. El Tribunal de Barcelona asestó el pasado mayo un empujón definitivo a la ruta del enfrentamiento al tumbar el último recurso de la cantante. Los magistrados concluyeron que, entre 2012 y 2014, Shakira pasó la mayor parte del tiempo en España y, por consiguiente, debió pagar aquí sus impuestos.
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